The EMS Angels Awards criteria are are more than a tool for evaluating and rewarding performance. They will also serve as a checklist for providers of pre-hospital stroke care and help identify opportunities for intervention and improvement.
La carrera de relevos es una de las pruebas más fascinantes del atletismo. Esta apasionante muestra de trabajo en equipo y coordinación muestra cómo un deporte individual se transforma en un deporte de equipo en el que cada corredor se esfuerza por alcanzar un objetivo común.
Además de rápido, el primer corredor debe transmitir constancia y fiabilidad. A fin de cuentas, el resultado entero de la carrera dependerá de su capacidad para salir disparado y proseguir a la velocidad adecuada.
En la carrera por ofrecer los mejores resultados a los pacientes con ictus, los servicios médicos de emergencias (SME) son los que corren el primer tramo, y cada segundo que ganen redundará en beneficio del resto del equipo. Para reconocer su papel clave, y como incentivo para mejorar el rendimiento, los Premios Angels a los SME pretenden que los proveedores de atención prehospitalaria del ictus tengan su lugar en el podio.
Con este nuevo premio, la Iniciativa Angels busca replicar el impacto positivo que los premios Angels de la ESO han tenido en la calidad de la atención del ictus en el hospital. Desde su inicio en 2017, el programa de premios Angels ha ayudado a establecer una cultura de supervisión continua de la calidad en las unidades de ictus en la cual los criterios de los galardones sirven de indicadores clave de rendimiento para los equipos de ictus.
Los criterios de los premios a los SME son más que una herramienta para evaluar y recompensar el rendimiento. También servirán como lista de comprobación para los proveedores de atención prehospitalaria del ictus y ayudarán a identificar oportunidades de intervención y mejora.
Una evaluación comparativa para una mejor atención
La evaluación comparativa comienza cuando los SME evalúan si pueden participar en el programa de premios. Para poder optar a un premio, primero deben satisfacer una serie de criterios como haber adoptado un protocolo de ictus, utilizar escalas de ictus específicas para evaluar a los pacientes y recopilar y registrar datos de rendimiento relevantes con respecto a, como mínimo, 30 pacientes consecutivos con ictus en un trimestre determinado.
Como sucede con los premios a los hospitales, los premios a los SME se asignan en tres categorías (Oro, Platino y Diamante) en función del rendimiento de un SME respecto a cinco criterios que definen la categoría. Para reunir los requisitos para, por ejemplo, la categoría Diamante, los datos deben mostrar que el equipo ha alcanzado una mediana de tiempo en el lugar de la enfermedad de menos de 20 minutos y que, en al menos el 95 % de los casos, han notificado previamente al hospital, han llevado al paciente a un hospital con capacidades para el ictus y han registrado la información de la medicación del paciente y la hora de aparición.
Aunque el ictus es una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo, los pacientes con ictus representan un porcentaje relativamente pequeño de las urgencias que un SME puede prever durante su trabajo, explica Jan van der Merwe, cofundador y jefe de proyectos de la Iniciativa Angels. Como resultado, es posible que se adopten protocolos de ictus pero no se tengan siempre en mente. Los criterios de los premios hacen hincapié en los elementos clave de la atención prehospitalaria del ictus y logran que la recopilación de datos sea una parte intrínseca de la atención al paciente, creando así las condiciones necesarias para la supervisión de la calidad.
A fin de cuentas, el propósito de los premios es que el mayor número posible de pacientes con ictus se beneficie de una evaluación certera, una asistencia adecuada y una distribución rápida al centro de ictus relevante donde los equipos de ictus, ya sobre aviso gracias a las notificaciones previas, puedan atender a sus necesidades de tratamiento.
A mayor motivación, mayor calidad
Rara vez ha sido más urgente o importante lograr motivar más a los SME, explica el Dr. Nicolás Riera, un médico de urgencias de Madrid (España). El Dr. Riera es el coordinador del código de ictus en el servicio madrileño de urgencias SUMMA 112 y cuya oficina, en un día corriente y moliente, puede ser tanto una ambulancia de soporte vital avanzado como un helicóptero sanitario.
Madrid ha estado en el centro de la vorágine de la pandemia, que ha asestado un duro golpe a España: el coronavirus infectó a más de 3,5 millones de personas y se cobró más de 78 000 vidas, amén de socavar los servicios sanitarios y pasar una elevada factura a los médicos en primera línea.
“La motivación es muy importante ahora”, prosigue el Dr. Riera. “Los equipos paramédicos necesitan algo nuevo para pasar página en el contexto de una pandemia incesante”.
Lograr que se reconozcan sus esfuerzos en un espíritu de competencia amistosa entre distintos equipos puede ser un potente modo de fomentar su motivación y recompensar al personal de los SME por aumentar la calidad de sus servicios.
Pero no es solo una cuestión de motivación, agrega Petr Jaššo, el jefe de educación de SME de Ostrava (República Checa), donde las muertes por coronavirus per cápita se encuentran entre las más altas del mundo. Junto con los neurólogos regionales y la Iniciativa Angels, su trabajo consiste en organizar sesiones de formación periódicas sobre la gestión de pacientes con ictus para profesionales de SME. También forma parte del comité directivo de Angels en la República Checa.
Según explica Petr, la atención del ictus se ha visto sometida a una fuerte presión debido a la pandemia y, por lo tanto, la gestión de la calidad es fundamental. “Los impactos positivos que han tenido los premios a los hospitales en la calidad del tratamiento han brillado por su ausencia en el entorno de los SME”, afirma. “Es lo que el personal de los SME ha estado esperando”.
Más que recompensar a los proveedores de atención prehospitalaria del ictus por su rendimiento anterior, los premios a los SME deberían mejorar los estándares de atención destacando los puntos débiles que pueden abordarse mediante medidas específicas.
“Los premios no son por una labor del pasado, sino, en esencia, por la labor del futuro”, dice Petr. “Su impacto se medirá en ‘minutos comprados’ gracias a que los SME tendrán los medios para diagnosticar correctamente y trasladar a los pacientes al centro de ictus correcto dentro del margen de posibilidades para la recanalización”.
Dar al César lo que es del César
A lo largo y ancho de Europa, la calidad de la atención prehospitalaria del ictus varía de un país a otro, explica Jan, y en un puñado de regiones, los SME no disponen de protocolo de ictus alguno.
“Los premios a los SME constituyen una maravillosa oportunidad para identificar lagunas como estas y solventarlas proporcionando el protocolo y ayudando a adoptarlo, al tiempo que dan a estos equipos un motivo adicional para querer cambiar sus procedimientos”.
Al igual que con los premios a los hospitales los premios a los SME no están destinados a los proveedores de servicios nacionales, sino que pretenden recompensar a los equipos regionales.
“Es importante galardonar a las personas que merecen un reconocimiento”, dice Jan.
En el contexto de la atención del ictus, un relevo bien ejecutado conlleva mejores resultados para los pacientes con ictus y sus familias, así como un número menor de muertes y mayor de supervivientes de ictus capaces de vivir vidas plenas e independientes. El objetivo de los premios a los SME es dar su merecida recompensa a aquellos equipos que, día tras día, se sitúan en sus marcas para lanzarse a esta carrera.