Gracias a las alianzas estratégicas y a un enfoque sistemático, Tri Nofianty y su equipo pueden luchar contra la primera causa de muerte de Indonesia a pesar de enfrentarse a una plétora de obstáculos, como retrasos administrativos o atascos. Pero cuando Tri Nofianty (o Fifi para sus compañeros) va a trabajar por las mañanas, su motivación nace de un asunto personal.
Cuando Fifi solicitó el puesto de asesora en Angels, sabiendo que el puesto estaba destinado a mejorar la atención del ictus, no pudo sino recordar su infancia.
La abuela de Fifi había sufrido un ictus que le impedía moverse o hablar.
“Solo podía hablar con los ojos”, recuerda Fifi al hablar de cuando de niña visitaba a su abuela, gravemente discapacitada. “La quería tanto que se me partía el corazón”.
Hoy, Fifi es jefa de equipo para Angels en el país insular más grande del mundo, donde el ictus es la principal causa de muerte entre una población mayor que la de Europa Occidental. Ahora lidera a un pequeño equipo en una batalla donde no las tienen todas consigo.
Para que las víctimas del ictus accedan a una atención médica óptima, Indonesia necesita 377 hospitales más con capacidades para el ictus. El país no cuenta con ningún servicio fiable de ambulancias de emergencia y los que sí existen en grandes ciudades como Yakarta deben lidiar con la lentitud de los atascos. Cerca del 80 % de los pacientes llegan por otros medios, sin tratamiento en curso y, a menudo, a hospitales con un equipamiento inadecuado. Solo el 17 % llega en menos de tres horas.
La legislación obliga al consentimiento informado, lo que causa aún más retrasos, ya que los familiares deben lidiar con la carga de tomar decisiones a vida o muerte y buscan segundas opiniones mientras se les escapa el tiempo de las manos.
Fifi, sin embargo, es partidaria de avanzar paso a paso. Cada hospital inscrito en la red de Angels, cada simulación completada y cada minuto ahorrado en los tiempos desde la llegada hasta el tratamiento es una victoria pequeña pero significativa en una batalla que considera su “llamada”.
En esta batalla donde no las tiene todas consigo, Fifi adopta los cuatro principios que definen una consultoría de Angels.
“En mi primera semana en Angels fui formada por el equipo global, los primeros ángeles”, dice de los cofundadores Jan van der Merwe y Thomas Fischer y de la gerente de proyectos Rita Rodrigues. Tres años y medio, sigue siendo fiel a los principios rectores de estandarización, educación, comunidad y reconocimiento. “Estos son los pilares de la Iniciativa Angels”, explica. “Es importante que guíen nuestros actos: son un apoyo valioso y permiten una consultoría sistemática”.
Un golpe maestro
Las alianzas estratégicas y el enfoque sistemático ayudan a sobrellevar el día a día en una consultoría tan amplia como compleja. Una alianza forjada con el Ministerio de Sanidad ha llevado a intervenciones de alto nivel, como fue una reunión iniciada por el gobierno en 2019 entre hospitales regionales y nacionales para alentarles a comprometerse a mejorar la atención del ictus. ¿El golpe maestro? Invitar a una funcionaria clave del ministerio a formar parte del comité directivo local de Angels: no solo se preocupó directamente de establecer directrices nacionales sobre el ictus, sino que los datos y la información compartidos durante las reuniones del comité directivo la alertaron sobre la necesidad de mejorar la atención del ictus en Indonesia.
“Quería formar parte de la mejora”, cuenta Fifi hablando de esta funcionaria. “Quería empezar a dejar su propia huella”.
El equipo de Angels también se ha aliado con la Asociación de Enfermeros de Neurociencia de Indonesia, fundada en 2014 para abogar por que la enfermería de neurociencia se considere una especialidad. Se ha acordado un plan de acción conjunto que pronto incluirá la necesidad de tener una titulación de personal de enfermería especializado en ictus de Angels para ser miembro de la asociación.
El arte de la persuasión
Centrarse en la filosofía de Angels ayuda a Fifi y a su equipo a hacer una distinción clara entre lo que no pueden solucionar (la congestión del tráfico se está abordando mediante un sistema de tránsito rápido masivo que se implementará durante la próxima década) y lo que pueden hacer, que es, en esencia, introducir la estandarización y formación en materia de atención del ictus en todos los hospitales posibles.
Fifi y su equipo están versados en el arte de la persuasión. Es necesaria mucha paciencia para convencer a los hospitales de que adapten sus listas de comprobación de atención del ictus para reflejar las directrices globales; para granjearse el apoyo de la dirección para realizar formaciones de simulación con el fin de mejorar la vía de tratamiento del ictus; y para convencer a los equipos de ictus de la importancia de realizar una segunda simulación después de la primera.
Con estos fines, los consultores utilizan todas las herramientas a su disposición: desde datos que demuestran las ganancias obtenidas después de una segunda simulación hasta un vídeo de un equipo de ictus que logra la sorprendente proeza de realizarle una trombólisis a un paciente en los 7 minutos tras su llegada a un hospital en el oeste de Eslovaquia.
La presión de los pares es también una gran baza. “Cuando cinco o 10 hospitales acepten nuestro apoyo, vendrán otros hospitales. Los ejemplos son importantes”, dice Fifi.
Sensación de pertenencia
Para abordar la barrera del consentimiento informado, es necesario persuadir a los responsables políticos de que un ictus es una emergencia médica y concienciar al público sobre cómo los retrasos en el tratamiento afectan a los resultados. Los pequeños avances se logran gracias al personal de enfermería y administrativo, quienes educan a los familiares mientras se le realiza una TAC a un paciente con sospecha de ictus y forman a los médicos para que se sepan comunicar de forma eficaz con los parientes más allegados al paciente.
El objetivo es cumplir los criterios globales para hospitales con capacidades para el ictus: tratar a los pacientes en menos de 60 minutos y una tasa de recanalización de al menos el 5 %. Hasta la fecha, cincuenta y ocho hospitales han logrado esta categoría (el equipo de Angels aspira a sumar 90 hospitales más en 2021) y cinco hospitales han cumplido los criterios para optar a los Premios Angels de la WSO, incluida la categoría Diamante para el Hospital Nacional del Centro Cerebral de la capital.
Los hospitales de Angels pasan a formar parte de una comunidad global y tienen la oportunidad de intercambiar ideas e información con sus colegas de otros países, relata Fifi, mencionando por fin los dos últimos pilares del enfoque de Angels. “Es importante que estén motivados y premiados, que sepan que valoramos su compromiso y que sientan que pertenecen a algo más grande que ellos”.
Es una llamada
Cuando la abuela de Fifi sufrió un ictus hace más de tres décadas, el tratamiento de recanalización aún estaba por llegar; y aunque el tratamiento hubiera estado disponible, es poco probable que la familia hubiera sabido en qué hospital podían encontrarlo. Este es uno de los obstáculos que aborda la aplicación de rescate F.A.S.T., el resultado de una colaboración entre el equipo de Angels y la Sociedad Indonesia del Ictus. Amén de una lista de comprobación de los síntomas, la aplicación ofrecerá a los usuarios una lista de hospitales con capacidades para el ictus y un botón de pánico a través del cual podrán solicitar una ambulancia.
Fifi tiene siempre en mente el sufrimiento de su abuela. “Sé que no quiero que mis otros familiares sufran el mismo destino porque no fueron tratados en un hospital con capacidades para el ictus. Mi llamada es dejar estos acervos a mi familia y allegados y hacerlo llegar a todos los indonesios. Cuando me levanto por las mañanas, eso es lo que me mueve: que formo parte de este movimiento, parte del cambio en la atención del ictus en Indonesia”.
