
He tenido el placer de formar parte del equipo de Angels Colombia desde su creación en mi maravilloso país. Por lo tanto, he sido testigo de toda su evolución.
A principios de 2023, todos los miembros del equipo de Angels Colombia describieron su plan de desarrollo y sus objetivos para el año. Animada por mi líder de equipo, Andrea Correa, que nos inspira para explorar nuevas vías, propongo la idea de llevar a cabo un BI-Baton, o un intercambio de conocimientos e iniciativa de apoyo, con el equipo de Perú. BI-Baton es un programa que nos permiteaveriguar otros puestos o áreas de nuestra empresa y suele durar unos tres meses.
En aquel momento, el equipo de Perú necesitaba apoyo adicional para continuar creciendo. Vi la oportunidad de crear un plan de trabajo innovador que continuaría añadiendo valor después de que me fuera, y me interesaba aplicar el proyecto Angels en un entorno de salud distinto de Colombia, parte de mi plan de desarrollo.
La propuesta se puso en conocimiento de Deborah Ferreras, líder de Ropu South America, y Sol Plamenatz, entonces líder de Angels Peru, y fue aprobada.
No sabía nada sobre Perú, excepto lo que se había compartido en algunas reuniones regionales. Inmediatamente comencé el proceso de aprendizaje sobre el sistema sanitario del país, identificando oportunidades y sentando las bases para varios proyectos en curso en Perú.
A través de la lectura e investigación en línea y de entrevistas con el equipo local de Angels, supe que una de las principales diferencias entre Colombia y Perú es que, bajo el sistema sanitario colombiano, mientras es público y privado, la cobertura es universal y todo funciona bajo las mismas normas. Por el contrario, Perú tiene siete subsistemas que operan de forma independiente. La cobertura se concentra en la capital de Lima y en otras ciudades hay muchos déficits en el sistema sanitario, a diferencia de Colombia, donde trabajamos con 236 instituciones en 45 ciudades.

Entre los logros conseguidos durante este BI-baton de tres meses, logramos lo siguiente:
- Conseguimos un acuerdo con Rímac Insurance, la aseguradora más grande de Perú, para formar y certificar a todo su personal prehospitalario. Esta empresa cuenta con la mayor flota de ambulancias del país. Como resultado de este acuerdo, al que se llegó con el inviable apoyo del Dr. Fredy Garzón, Perú se convertirá en el primer país de Sudamérica con certificación para atención prehospitalaria.
- Proporcionamos formación y certificación para todo el personal de enfermería de la Clínica Anglo-Americana de Lima, donde el supervisor de enfermería y director de urgencias, Julian Fernández, nos proporcionó su apoyo inquebrantable. Este hospital se seleccionó porque ya formaba parte del proceso de Angels, pero la formación se había interrumpido debido a limitaciones presupuestarias. Esperamos que esta intervención aumente la tasa de pacientes tratados y que el rendimiento mejorado lleve a la certificación de la institución.
- Iniciamos una consultoría de Angels en el Hospital Ate Vitarte de Lima, donde la médico de urgencias, Willy Linares, fue particularmente bienvenida y dedicada. Se trata de un nuevo hospital en la red pública ubicada en la periferia donde sirve a la población más vulnerable en términos de nivel socioeconómico.
Aunque gran parte del trabajo se realizó de forma remota, tuve una semana de compromiso en persona durante la cual me reuní con RIMAC para finalizar el acuerdo de formación para todo el equipo de urgencias y la creación de indicadores de calidad; me reuní con la empresa de obtención de imágenes más grande del país para implicarles en el proceso de mejora de la atención del ictus, y participó en la formación de aproximadamente 200 enfermeros.
Perú, un país de notable belleza, me abrazó con calidez. Las personas son amables y generosas, y la comida es sabrosa. Me impresionó la limpieza y organización de Lima, así como la cultura de los ciudadanos, compartiendo experiencias sociales y culturales que proporcionan un sentido de comunidad.
El complejo sistema sanitario de Perú plantea desafíos para establecer redes de tratamiento del ictus. Sin embargo, esta complejidad también presenta numerosas oportunidades para implementar Angels y redefinir la narración del ictus, ofreciendo a los pacientes una segunda oportunidad en la vida.

Para mí, esta experiencia marcó un importante crecimiento personal y profesional. Implicaba navegar por un sistema de atención sanitaria diferente, comprender una cultura distinta y lidiar con distintas normas y políticas sanitarias, lo que convertiría la implementación de Angels en Perú en un desafío gratificante.
Durante este proyecto, me di cuenta de que mis habilidades de comunicación eran útiles para superar la resistencia. Esto fortaleció mi autoestima y me hizo sentir seguro de que estoy haciendo un buen trabajo.
La experiencia también me ha permitido darme cuenta de que en Colombia no tenemos excusas para no tener redes de ictus ni hospitales con capacidades para el ictus gracias a las ventajas de un sistema sanitario que capacita a las instituciones.
Al actual equipo de Angels en Perú, le deseo un próspero 2024 lleno de crecimiento y logros en el servicio a los pacientes. Espero que las semillas que he plantado pronto produzcan resultados fructíferos.
¡Enviando abrazos de corazón a tu camino!
Estoy muy agradecido a Andrea Correa, Sol Plamenatz y Deborah Ferreras por permitirme embarcarme en este increíble viaje, apoyando a los equipos de otro país. Esta experiencia puede marcar el comienzo de la colaboración continuada, superar los límites y saber que siempre tenemos la espalda de los demás.