Muchos creían que Roma era el centro del mundo. No sorprende, pues, que el centro de una red radial de hospitales también estuviera situado en Roma. Lo que sí sorprende es que, tras un análisis más minucioso, la relación entre los hospitales de la red no fuese la esperada.
La región del Lazio en Italia cuenta con una población de casi 6 millones de personas, el 21 % de los cuales tiene 65 años o más. Esta cifra se sitúa por encima de la media europea (18,9 %), lo cual tiene un impacto evidente en el número de pacientes con ictus en el área.
Hay 4 hospitales principales en la región. Cada uno de ellos está situado en el centro de un modelo “radial” y atiende necesidades específicas. Dispuestos alrededor de estos centros principales, hay hospitales “radiales”: centros más pequeños que derivan a los centros más grandes tratamientos como trombectomía mecánica, operaciones y cuidados en una unidad de ictus.
Algunos de los problemas importantes dentro de la red revelaban que algo no estaba funcionando de la forma más eficaz. La comunicación era discontinua y, en algunos casos, los hospitales radiales no tenían capacidades para tratar el ictus. Esto conllevaba que se ingresaba a pacientes agudos en hospitales radiales pero no recibían tratamiento, lo cual ocasionaba retrasos aún mayores hasta llegar al hospital central y recibir el tratamiento que precisaban.
En uno de los cuatro hospitales centrales —San Camillo— nos dimos cuenta de que, para disponer de una red del ictus eficaz, se necesitaban varios elementos clave, entre otros: una vía del ictus normalizada, equipos interdisciplinares debidamente formados en todos los hospitales (incluidos los hospitales radiales), un control continuo de la calidad y colaboración dentro de la red. Así pues, junto con los miembros de nuestro equipo de ictus, decidimos pedir ayuda a Angels Initiative, que nos ofreció apoyo específico a fin de mejorar la calidad de la atención.
Lorenza, nuestra tenaz asesora de Angels, organizó una reunión interdisciplinar en la cual revisamos y comparamos de forma minuciosa las vías de cuidados del ictus en los hospitales regionales de San Camillo. Nos ayudó a identificar los principales problemas que estaban retrasando el tratamiento de nuestros pacientes con ictus y creamos una “ tabla de control del tiempo del ictus”, un medio para que los profesionales pudieran anotar los retrasos importantes en la vía del ictus. This apparently simple action has helped us adopt this quality-monitoring mindset that has been such a crucial part of our improvement process.
Lorenza es ahora parte de nuestro equipo como facilitadora para nuestra comunidad, no solo organizando reuniones; la idea posiblemente más reveladora de su intervención fue la necesidad de que tres hospitales radiales de la región de San Camillo tuvieran “capacidades para el ictus”. Esto nos permitiría tener un gran impacto en los resultados de los cuidados del ictus de la región, así que Lorenza puso en marcha un proceso de consulta en estos hospitales. Desde entonces, hemos identificado acciones correctivas y hemos iniciado un programa de formación y capacitación.
Asimismo, nos ha permitido compartir las buenas prácticas, dar vida a la red y mejorar las comunicaciones. Creemos firmemente que compartir ideas y experiencias con nuestra comunidad en general nos ayudará a lograr mejores resultados en un futuro.
La buena noticia es que nuestros esfuerzos están dando fruto y el sistema radial del centro del mundo se está estrechando cada vez más con cada paciente que tratamos.
Autores:
Dr. Luca Casertano,
Director de la Unidad de Organización Sanitaria,
Región de San Camillo
Antonella Urso,
Enfermera diplomada de la Unidad de Organización Sanitaria