En una noche tranquila de martes, el “paciente A” estaba cansado y decidió irse a la cama a una hora razonable para descansar. Era un hombre sano de 49 años y no sintió nada inusual o fuera de lo normal aquella noche. A la 1:50 de la madrugada, se despertó e intentó levantarse, pero inmediatamente se cayó al suelo. Por suerte, su madre, que vivía con él, escuchó un fuerte golpe en el suelo. Rápidamente fue a su habitación y se encontró a su hijo intentando levantarse del suelo. Llamó enseguida a los servicios de urgencias y pidió una ambulancia.
Llegamos (el personal de ambulancia) al piso del “paciente A” a las 2:11 de la madrugada y nos los encontramos tumbado detrás del mueble del salón. Hace algunas semanas, el procedimiento estándar a seguir habría sido sacar al paciente del piso, estabilizarlo y luego trasladarlo al hospital más cercano. Tras asistir a los seminarios virtuales de formación recientemente, pudimos detectar que el paciente mostraba signos de ictus y que el procedimiento estándar no sería suficiente para salvarle la vida.
Entusiasmados y animados por poner en práctica los conocimientos aprendidos, sabíamos que dependía de nosotros aceptar el reto y actuar deprisa, ya que el cerebro del paciente se estaba muriendo. Inmediatamente empezamos a realizar las pruebas sintomáticas básicas de FAST PLUS (tarjeta de ictus) que habíamos aprendido a utilizar. La tarjeta de ictus nos ayudó a confirmar los síntomas del ictus, recopilar alguna información clave que el equipo de tratamiento necesitaría y que nos ayudó a determinar dónde llevar al paciente según la gravedad del ictus. Después de realizar las pruebas, decidimos qué hospital era el más adecuado para tratar este tipo de ictus y llamamos al centro integral a fin de confirmar el ingreso de un paciente con ictus.
A las 2:39 de la madrugada, la ambulancia había llegado al servicio de urgencias del Hospital Universitario de Ostrava y el especialista en ictus de guardia estaba preparado y esperando al paciente. A las 2:40, el equipo de ictus trasladó al paciente directamente a la sala de TAC y empezó el proceso de tratamiento del paciente.
Sin las sesiones de formación del seminario virtual, seguramente no hubiéramos podido realizar pequeños cambios en nuestro procedimiento, lo cual habría tenido posiblemente un impacto enorme en el resultado del paciente. Nos dimos cuenta y entendimos que había muchas cosas que se habrían podido hacer mal: podríamos haber pasado por alto los signos del ictus, podríamos haber llevado al paciente al hospital incorrecto, lo cual le habría privado quizás de recibir tratamiento, o podríamos haber llegado al hospital adecuado sin notificarles previamente de nuestra llegada, lo cual habría podido provocar grandes retrasos en el tratamiento del paciente, pero esta vez no fue así.
Los seminarios virtuales divulgativos a los que asistimos eran parte de una serie de seminarios virtuales recopilados por el Dr. Bar, el Dr. Václavík, el Dr. Holeš y el Dr. Jaššo junto con Angels Initiative. El programa, conocido como el modelo de Ostrava, tuvo unos inicios difíciles, pero gracias a los esfuerzos conjuntos de la asesora de Angels de la República Checa, Jarmila Lakoma, y los expertos, los seminarios virtuales se publicaron con éxito en febrero de 2017. Desde entonces, ha recibido una respuesta increíble tanto de los médicos, al estar conectados a la red del ictus general de la República Checa, como de los equipos de los servicios de urgencias, que encontraron que el programa era de gran valor para ellos. Los seminarios virtuales brindan a los equipos de los servicios de urgencias la oportunidad de mantener conversaciones interactivas con neurólogos, hacerles preguntas y aclarar puntos dudosos, así como debatir casos reales y retos con los que se encuentran sobre el terreno.
Mediante estas sesiones de seminario virtual divulgativos, fuimos capaces de empoderar a los equipos de los servicios de urgencias y demostrarles el papel fundamental que tienen en el proceso de tratar a un paciente con ictus. De este modo, les dimos la motivación y los ánimos necesarios para actuar y marcar la diferencia.
También hemos puesto en marcha un circuito de observaciones donde los responsables de los servicios de urgencias y los hospitales disponen de una dirección de correo electrónico exclusiva donde pueden notificar casos positivos y negativos que se han encontrado. A través de este canal, se reciben los informes y se proporcionan actualizaciones sobre los casos en que se han seguido los protocolos acordados, como por ejemplo en el caso del paciente A, o los casos en que un hospital de la red rechaza recibir pacientes con ictus por algún motivo. Esto ofrece información valiosa para el trabajo sobre el terreno y se utiliza para mejorar la red.
La formación del seminario virtual, junto con los comentarios abiertos y sinceros, están revolucionando nuestra red del ictus prehospitalaria y hospitalaria. Esta es mi motivación diaria: salir y marcar la diferencia. Creo firmemente que le dimos al caballero una mejor oportunidad para vivir.
Autor: Petr Jaššo, who was one of the team members that assisted Patient A.