El nivel de los cuidados del ictus en Polonia ha mejorado enormemente en los últimos años. Bajo la dirección de la profesora Anna Czlonkowska, entre otros, el número de centros del ictus ha crecido de unos pocos en 2010 a unos 170 actualmente.|
Polonia no se centró en aumentar el número de centros, sino también en mejorarlos. Las cifras de la mayoría de países del mundo que hemos analizado indican que el porcentaje a nivel nacional de todos los paciente con ictus que reciben tratamiento de recanalización ha aumentado un 1 % de media al año. En Polonia, se ha aumentado un 2 % al año desde 2010 hasta 2015. Los cuidados del paciente se transformaron y en la actualidad algunos hospitales de referencia cuentan con un tiempo desde la llegada hasta el tratamiento de 45 minutos.
Sin embargo, tras esta explosión inicial de actividad entusiasta, el momentum se ralentizó un poco desde 2015 y las cifras se estabilizaron en cierta medida. Todos sabemos que cuando haces una dieta, los dos últimos kilos hasta conseguir el objetivo son siempre los más difíciles de perder y es posible que esto mismo sucediera a los cuidados del ictus en Polonia.
La pregunta es: ¿deberían estos hospitales que ya cuentan con un tiempo desde la llegada hasta el tratamiento de unos 45 minutos consolidar esta marca o deberían esforzarse aún más y traspasar la frontera de los 30 minutos, como la mayoría de hospitales de sus países vecinos como la República Checa, por ejemplo?
Puede parecer que quince minutos es algo insignificante, pero según Saver et al. (2013), cada 15 minutos que se ganan en el tiempo de tratamiento de un paciente con ictus representan una reducción absoluta del 4 % en la mortalidad, una reducción del 4 % del HIC sintomático y un 4 % más de probabilidades de lograr independencia en el alta hospitalaria. En otras palabras: para un paciente, 15 minutos puede significar la diferencia entre poder ir en bici o estar confinado a una silla de ruedas.
El dato interesante es que, en nuestras visitas a diferentes hospitales europeos, hemos observado que hay una enorme diferencia en la mentalidad por cada 15 minutos que añades al tiempo desde la llegada hasta el tratamiento en un hospital. Es como si hubiera tres niveles de tratamiento distintos con tres mentalidades diferentes y diferentes vías de tratamiento dependiendo del estándar al que aspire el hospital.
Al analizar hospitales que tienen como media un tiempo de 30 minutos o menos, rápidamente te das cuenta de que tienen otra mentalidad: para ellos, el tiempo es la máxima prioridad. También proceden de forma diferente, mediante una combinación de los siguientes elementos:
- Tienen implantado un sistema de notificación previa con sus servicios de urgencias asociados.
- Llevan al paciente directamente al servicio de radiología y no pierden tiempo parando en el servicio de urgencias.
- Interpretan el TAC en la misma sala de TAC y tratan al paciente allí mismo si es apto para ello.
- Solo llevan a cabo ciertas pruebas analíticas prioritarias antes de tomar una decisión sobre el tratamiento y suelen llevar a cabo estas pruebas en el punto de atención.
Curiosamente, los hospitales que cuentan con un tiempo de 45 minutos de media tienen otra mentalidad. No es que el tiempo no sea un factor importante (ya que se esforzaron por bajar de 60 minutos), sino que parece que están satisfechos con el estándar que han logrado y han dejado de esforzarse por mejorar aún más. En hospitales de este tipo, solemos escuchar motivos concretos por los que ciertos pasos de los mencionados no pueden implantarse en su unidad o sobre cómo no creen que 15 minutos marquen ninguna diferencia.
Los hospitales que tienen un tiempo medio de 60 minutos o más suelen tener una mentalidad diferente. En algunos casos, solo una o dos cosas provocan grandes retrasos, como esperar a los resultados de análisis de sangre, por ejemplo; en otros, se trata de una ausencia general del sentido de la urgencia. El dato interesante es que aquellos hospitales que ahora tratan a sus pacientes en 30 minutos echan la vista atrás y dicen: ¿qué hacíamos durante una hora?
En Polonia, con el compromiso personal de la profesora Anna Czlonkowska y el apoyo oficial del Consejo Nacional de Neurología (National Consultant for Neurology), la pregunta es cuál debería ser ahora el objetivo. Con el apoyo de Angels Initiative por parte de figuras importantes en el ámbito de la atención sanitaria y gubernamental, estamos empezando a ver cómo el momentum surge de nuevo hacia la dirección correcta.