Sus colegas en la atención del ictus la llaman “el motor de la locomotora en su región y en toda Argelia”. Conozcan a la imparable Profesora Dounia Zede Badsi, una doctora devota y decidida reformista para quien lo imposible es solo un reto.
Orán es la segunda ciudad más extensa del país más grande del continente africano. Es el lugar donde un niño llamado Yves Saint Laurent jugaba con sus muñecos de papel en los años 40, y donde el ficticio doctor Bernard Rieux de Albert Camus libra una solitaria batalla contra la peste. También es donde un joven y apasionado profesor de neurología lidera una lucha contra el ictus que podría salvar miles de vidas argelinas.
El ictus mata a unos 16 000 argelinos al año y deja las vidas de miles más destrozadas. El tratamiento es escaso y se hace más escaso a medida que se viaja hacia el sur. Cuando el anterior presidente, Abdelaziz Bouteflika, sufrió un pequeño ictus en 2013, fue trasladado a París (Francia) para recibir tratamiento.
Al mismo tiempo, la Profesora Dounia Zede Badsi regresaba de su segunda estancia de seis años en París: la primera, de niña, mientras su padre se especializaba en cardiología; la siguiente, para ampliar su propia formación en el Hospital Universitario Pitié-Salpêtrière, en el Kremlin-Bicêtre y en el Hôpital Cochin, tras especializarse en neurología en Orán.
Regresó a casa con varios conocimientos avanzados (diplomas en urgencias de ictus, neuroimagen por resonancia magnética e imagen vascular no invasiva, entre otros) adquiridos con un propósito muy concreto: cambiar la forma de tratar a los pacientes con ictus en Argelia.
Sus colegas de París le habían advertido que para lograr sus objetivos tendría que convencer a los directores de los hospitales para que colaboraran con ella. Afortunadamente, como pronto descubriría el director del Hospital Universitario de Orán, la Profesora Dounia Zede Badsi es muy, muy convincente.
Dejen que les convenza
El primero en convencerse, después de la administración del hospital, fue el equipo de ictus que la Profesora Badsi construiría durante los siete años siguientes; un equipo que, en cuanto cumpliera los requisitos para obtener el premio Angels de la WSO, saltaría sobre el oro y el platino para obtener el primer premio de diamante de Argelia a mediados de 2021. Superando fácilmente los criterios para el premio, el segundo llegaría al trimestre siguiente.
Sin embargo, primero tendrían que reclutar a más pacientes.
Aunque el primer tratamiento de trombólisis en Argelia se administró en 2004 en la ciudad de Blida y el ictus afectaba a 60 000 vidas al año, la escasa concienciación hacía que pocos pacientes identificaran correctamente los síntomas o buscaran tratamiento para el ictus. Con el objetivo de convencer al público, la Profesora Badsi se convirtió en una invitada habitual en la televisión, la radio y los canales en línea, y en una gran aliada de la Iniciativa Angels, siempre dispuesta a subir al estrado en los eventos relacionados con el ictus.
El número de pacientes aumentó, pero como Argelia no cuenta con un servicio médico de urgencias, muchos llegaban al hospital demasiado tarde para recibir tratamiento.
Había que convencer a mucha gente después de que la Profesora Badsi se decidiera a crear la primera red prehospitalaria de Argelia. Pero poco después de que los médicos de Urgencias y los especialistas de otros departamentos se incorporaran, se pudo escuchar la primera sirena de ambulancia en Orán.
La comunicación directa entre el equipo de la ambulancia y el servicio de neurología se estableció a través de un número de teléfono que, una vez activado, permitía la prenotificación, la acción prioritaria que pone en marcha una secuencia de tratamiento optimizada para el ictus.
A continuación, resultó muy difícil convencer a la administración de la necesidad de una unidad de hospitalización a domicilio (HAD) que pudiera atender a los pacientes con ictus en sus propios hogares. Simplemente no había espacio en el presupuesto del hospital para un vehículo especial y un equipo especializado.
Es una suerte, por tanto, que la Profesora Badsi haya podido convencer a un donante privado para que financie un servicio que había observado en Italia y Francia. La unidad HAD es una solución beneficiosa para todos que permite a los pacientes acceder a cuidados de enfermería, fisioterapia y servicios de psicología a domicilio y, al mismo tiempo, libera camas en la unidad de ictus del Hospital Universitario de Orán.
La ambición es devoción
El objetivo explícito de la Profesora Badsi es cerrar la brecha entre los servicios disponibles para los pacientes de ictus en Europa Occidental y los de su propio país. Y también es ambiciosa. Por ejemplo, puede que Orán solo tenga una ambulancia por ahora, pero en última instancia aspira a replicar la
llamada ambulancia roja de Alemania, una ambulancia especializada en ictus equipada con un escáner TAC portátil y un laboratorio en el punto de atención que reduce drásticamente el tiempo hasta el tratamiento.
Su ambición está arraigada en una profunda devoción por su tierra natal, una cualidad que se extiende por toda esta familia de médicos, casi todos los cuales regresan de Francia para atender a sus compatriotas.
El amor a la patria de su madre es lo que les influye, dice la Profesora Badsi, al igual que su padre cardiólogo despertó su interés por la medicina de urgencias y su abuelo materno dio el ejemplo de reformador y movilizador como fundador de la organización humanitaria de la Media Luna Roja argelina.
Es también la ambición lo que impulsa su colaboración con la Iniciativa Angels para crear una red regional de centros preparados para el ictus y ofrecer un aprendizaje de inmersión a médicos y al personal de enfermería de otros hospitales. De hecho, lo primero que hizo la Profesora Badsi después de que su equipo ganara su primer premio de diamante fue invitar a médicos de otros lugares del país a un seminario web para explicarles cómo lo hicieron.
“Nada es imposible”
Si se pregunta a la Profesora Badsi por sus objetivos, la respuesta es “más”: más y más centros, más y más médicos formados, más y más premios. En pocas palabras: “Pienso quedarme en el país y seguir haciendo lo imposible por mejorar las cosas”.
La referencia a lo imposible evoca un espíritu afín, el de cierto peso pesado del boxeo apodado “el Más Grande”, que tenía más ideas que ofrecer sobre lo “imposible” de lo que sugiere el eslogan de tres palabras adoptado por Nike:
“Imposible” es sólo una gran palabra utilizada libremente por hombres pequeños que encuentran más fácil vivir en el mundo que les ha tocado que explorar el poder que tienen para cambiarlo
. Lo imposible no es un hecho. Es una opinión. Lo imposible no es una declaración. Es un reto. Lo imposible es potencial. Lo imposible es temporal…”
En Orán, Argelia, lo imposible también es algo que haces.